¿CÓMO ES EL DOLOR DE HACERTE UN TATUAJE?

 

El dolor es parte indisociable en la realización de un tatuaje, puesto que el arte de grabar dibujos en la piel humana mediante punzadas con las que se depositan determinados pigmentos bajo la epidermis provoca repetidos estímulos sobre los receptores del dolor (nociceptores) ubicados en la dermis superficial y todo ello, en consecuencia, genera un estímulo doloroso cuya intensidad cada cual podrá tolerar más o menos. 

La intensidad del dolor está influenciada por gran variedad de factores: biológicos (edad, sexo, enfermedades, fatiga o problemas de sueño…), psicológicos (estado de ánimo, expectativas, afrontamiento, atención…) y sociales (creencias, entorno, cultura…). Estos factores interactúan entre sí y pueden afectar a la forma en que una persona percibe y experimenta el dolor. Por ejemplo, una persona con depresión puede ser más susceptible al dolor y puede tener dificultades para afrontarlo, lo que puede llevar a una mayor intensidad percibida.

El problema del dolor del tatuaje es que muchos de sus usuarios buscan la manera de minimizarlo, de forma totalmente inexperta, dejándose aconsejar por fuentes de dudosa evidencia científica, consumiendo productos no homologados o “alternativas terapéuticas”, fármacos no aprobados, psicofármacos que consiguen de sus familiares o amigos cercanos, o consumiendo estupefacientes o psicotrópicos con tal de alterar deliberadamente el estado mental y disminuir su percepción al dolor, sin encontrar una solución realmente eficaz y segura, y con todo asumiendo una serie de riesgos para la salud, muchas veces infravalorados.

La anestesia para tatuajes nace cómo respuesta a esa demanda social, cuyo enfoque totalmente profesional pretende dar luz a esta creciente necesidad, con tal de garantizar la seguridad y la eficacia del tratamiento. No solo elimina el dolor transformando tatuarse en una experiencia más agradable, las ventajas van mucho más allá: también permite mitigar el ardor, inflamación y supuración del final de la sesión y facilita la recuperación de la piel evitando complicaciones posteriores. Además, optimiza el tiempo al reducir la necesidad de múltiples sesiones y aporta mayor calidad en el tatuaje porque el artista puede trabajar sobre tu piel de manera más rápida, precisa y efectiva; lo que beneficia tanto a los artistas como a sus clientes. Es la alternativa perfecta para aquellos que han sufrido en experiencias anteriores, han dejado tatuajes a medias o desean abordar zonas muy sensibles como cuello, pecho, costillas o abdomen. Además, es ideal para aquellos que disponen de poco tiempo y que desean realizarse un proyecto grande en el menor tiempo posible.

La tranquilidad antes de la sesión, la ausencia de dolor durante el tatuaje y la mejora en la recuperación y curación posteriores hacen que recurrir a los servicios anestésicos de Sedalux, empresa pionera en España en anestesia para tatuajes, sean garantía de disfrutar de un tatuaje sin miedo al dolor. Con esta innovadora solución, la expresión artística se fusiona con la comodidad, permitiendo a todas las partes disfrutar de una obra maestra sin tener que enfrentarse a la experiencia dolorosa.

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